Las cofradías de Sevilla regalan cada año escenas de inigualable belleza. La luz, la música, el incienso, el rachear de los costaleros. Imágenes idílicas que congregan a miles de personas.
De la entrada de la Borriquita y la salida del Amor, a la Amargura por la calle Cuna. Del barrio de San Vicente en su mejor día (el Lunes Santo) al Cautivo del Tiro de Línea acompañado por sus mujeres devotas. De la salida de San Esteban a la entrada de la Bofetá. La Semana Santa de Sevilla tiene centenares de instantes irrepetibles. Parece que todos los años son iguales, pero siempre son diferentes. Esta es una pequeña selección de lo que no hay que perderse en los próximos días.
Las cofradías de Sevilla regalan cada año escenas de inigualable belleza. La luz, la música, el incienso, el rachear de los costaleros. Imágenes idílicas que congregan a miles de personas.
De la entrada de la Borriquita y la salida del Amor, a la Amargura por la calle Cuna. Del barrio de San Vicente en su mejor día (el Lunes Santo) al Cautivo del Tiro de Línea acompañado por sus mujeres devotas. De la salida de San Esteban a la entrada de la Bofetá. La Semana Santa de Sevilla tiene centenares de instantes irrepetibles. Parece que todos los años son iguales, pero siempre son diferentes. Esta es una pequeña selección de lo que no hay que perderse en los próximos días.
DISEÑO Y PROGRAMACIÓN: José Antonio Sánchez y Ángel
J Cachón de Elías.
REDACCIÓN: Juan Parejo, Diego Geniz, Reyes Rocha y Álvaro Ochoa
01.- La Hiniesta tras salir de San Julián
Las primeras calles del recorrido de la hermandad transportan a una Semana Santa antigua. La cofradía clásica, el barrio de San Julián, las marchas, la muralla... El discurrir por la Puerta de Córdoba, Morera, Fray Diego de Cádiz, Plaza del Pumarejo... Todos estos puntos son un auténtico deleite para los sentidos en las primeras horas de la tarde del Domingo de Ramos.
02.- El barrio de San Vicente el Lunes Santo
Son tres momentos en uno. Las cofradías de la Vera Cruz, las Penas y el Museo. San Vicente es un barrio hecho para ver cofradías. La calle Virgen de los Buenos Libros, con los naranjos repletos de azahar, mientras se recoge la Virgen de los Dolores y suena la banda del Maestro Tejera. La entrada de la Vera Cruz en su capilla. Cofradía añeja. Esencia de una Semana Santa pura y sin artificios. Y el Museo en su Plaza ya bien avanzada la madrugada.
03.- La entrada de la Bofetá
La cofradía del barrio de San Lorenzo protagoniza una de las entradas más lucidas de la Semana Santa. Una entrada que comienza con la espectacular chicotá del misterio de Jesús ante Anás mientras la banda de las Cigarreras encadena una marcha tras otra. Después llega la Gracia de Sevilla bajo palio. Armonía. Conjunción perfecta. Claveles rosas y marchas clásicas. Suena Morales, Gámez, Farfán y Lerate. El más bello final para el Martes Santo.
04.- El Valle en su regreso
Frontera de la Madrugada. Mientras muchas personas descansan y se ponen cómodas para vivir la noche más hermosa, la Hermandad del Valle regala algunos de los momentos más impresionantes de la Semana Santa en su regreso a la Anunciación. Ver a la Virgen del Valle por la calle Cuna a los sones de Jone marcará por siempre a quien lo haya presenciado.
05.- La Carretería en el Arenal
Comienza el Viernes Santo. El galeón carretero surca las aguas del Arenal. El público selecto contribuye a dar más realce a la escena. Elegantes nazarenos de terciopelo azul. Romántica Carretería. Y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, como sacada de una litografía del siglo pasado.
06.- La Borriquita entra y el Amor sale
En poco más de una hora la plaza del Salvador, epicentro del Domingo de Ramos, cambia por completo. Entran niños de blanco y salen hombres de negro. El día le deja paso a la noche.
07.- El misterio de la Amargura subiendo la 'Cuesta del Bacalao'
El lugar, la hora y el portentoso paso hacen de este momento un espectáculo irrepetible. El público lo sabe y abarrota cada año la calle Argote de Molina.
08.- Santa Cruz en la plaza de la Alianza
La hermandad ha popularizado esta plaza y la plaza ha hecho lo propio con la hermandad, que bordea el Alcázar en este momento ya pasada la madrugada del Martes Santo. O ya del Miércoles Santo, según se mire.
09.- La Macarena en Parras
No por conocido merece menos la pena. A la Esperanza hay que verla, por lo menos una vez en la vida, en su barrio volviendo por la mañana. Aunque la masificación no invite a ello.
10.- La Mortaja en Doña María Coronel
El silencio, la oscuridad y el incienso toman la calle durante unos minutos tras el paso del muñidor, que anuncia la muerte que viene en el paso. Es el cierre del Viernes Santo para muchos cofrades cada Semana Santa.
11.- La Virgen de la Cena en Doña María Coronel
Un buen arranque para la Semana Santa. Sobre las 17:00 llega la Virgen del Subterráneo a la confluencia de Gerona con Doña María Coronel. Quien se acerque antes podrá contemplar al Cristo de la Humildad y Paciencia (una de las imágenes más conmovedoras). El palio de la cofradía de la Cena es un compendio de buen gusto. Tres colores (azul, morado y burdeos) que no desentonan en un conjunto marcado por la elegancia. La Dolorosa es una de las mejor enjoyadas. Y de fondo, la banda de Tejera, que en esta esquina suele interpretar la marcha Madrugá. Delicioso aperitivo para comenzar los días de Pasión y Muerte.
12.- El cortejo de la Amargura por Cuna
A altas horas de la noche, cuando las calles se han despojado del bullicio propio de la primera jornada de la Semana Santa, es hora de dejar descansar la impaciencia y deleitarse con uno de los mejores cortejos, el de la Amargura. Cuna es una de las vías más recomendables para fijarse en los numerosos detalles de la cofradía. Desde el nazareno que abraza la cruz de guía hasta la plata repujada en la canastilla de los diputados. Cuando pase el palio aguarde unos minutos hasta que se pierda de vista la trasera. Se habrá reconciliado con esta celebración.
13.- El Cautivo de Santa Genoveva por cualquier sitio
En una Semana Santa tan sofisticada, tan medida al milímetro, sin lugar a la improvisación ni a la naturalidad, el Cautivo de Santa Genoveva nos devuelve a aquella fiesta alejada de la impostura. Vaya a su encuentro por cualquier lugar de su amplio recorrido. Y espere a la trasera del paso. La fila de devotas que van tras Él le pellizcará el corazón. Como dijo Carlos Colón en uno de sus célebres artículos: “Cautivo, pero nunca solo”.
14.- El Cerro por Tetuán
Otro de los momentos más auténticos de la fiesta. Se trata de una cofradía que emociona al salir y al llegar a su barrio. Pero hay otro punto en el que la emoción se eleva al cubo. En la calle Tetuán, antes de llegar a O'Donnell, los innumerables devotos que la siguen se despiden de la Virgen de los Dolores por unas horas, hasta que salga de la Catedral. En ese momento el capataz dedica la levantá a los vecinos del Cerro. La calle se viene abajo con los aplausos y de los balcones llueven flores. Resulta difícil que no apriete un nudo en la garganta.
15.- La entrada de la Canina
Sí, como lo leen. Abandone la superstición. Sin ella no se podría concebir la fiesta. La vida. Todos estamos abonados a su cortejo, donde acabaremos sacando papeleta de sitio. Bella metáfora del final de la celebración. Todo es efímero. Pasajero. Como estos siete días. Por tal motivo, no dude en acudir a verla. Especialmente la entrada, donde el paso ha de hacer un leve cuerpo a tierra para salvar el dintel de San Gregorio. Alegoría del Sábado Santo. Preludio de la Pascua Florida. ¡Qué bello es vivir!
16.- El Cristo de Burgos
La entrada del Cristo de Burgos, con la plaza a oscuras, sencillamente impresiona. A pesar de ser una zona amplia el silencio y la solemnidad facilitan el recogimiento.
17.- San Esteban tras salir de su templo
San Esteban por la calle Águilas, desembocando en la Alfalfa. Más allá de la impresionante salida del Cristo de la Salud y Buen Viaje y la Virgen de los Desamparados, este es el momento donde hermandad y barrio se funden una vez pasados los agobios de la Plaza de Pilatos, con la incorporación de los nazarenos más pequeños y la estrechez del primer tramo de Águilas. Aquí todo es más relajado. Este año, además, se une a una buena hora para aprovechar y tapear en los abarrotados bares de la zona.
18.- San Pablo al calor de su barrio
El Cautivo del Polígono de San Pablo por la calle Sinaí, arropado por el calor de barrio que tiene esta vía. Una hermandad que año tras año se va consolidando y que lleva la devoción del Polígono al Cautivo y la Virgen del Rosario hasta el corazón de la ciudad.
19.- Los Negritos por la Puerta de Carmona
Los Negritos, a su paso por San Esteban, es el bullicio del Jueves Santo. Nazarenos blancos y azules que buscan a su familia y empiezan a entrar en la ciudad amurallada desde su capilla de la calle Recaredo. El Cristo de la Fundación recortado sobre la torre de la Iglesia de San Esteban bajo un cielo azul, y un saludo de la Virgen de los Ángeles a la de los Desamparados, aún en su palio en un barrio que en parte también es suyo.
20.- La llegada de los Servitas a su capilla
Los Servitas por la zona de San Marcos. Una hermandad con una estética seria y sobria en unas calles donde, a esa hora de la tarde, los juegos de luces y sombras dan un especial movimiento y puesta en escena a los dos pasos de una cofradía estéticamente completa.